Claret. San Antonio María
          [965](1807-1870)

 
   
 

 

   

   Fue un hombre piadoso e  incansable, fundador de los “Misioneros del Corazón de María”, en 1849, y de las “Hijas de María Inmacu­lada de la Enseñanza” en 1855. Nació cerca de Vich (Barcelona) y frecuentó la escuela local. Siempre tuvo idea de ser sacerdote, pero estuvo traba­jando con un familiar en Barcelona durante su primera juventud
   En 1825 se traslada a Barcelona para estudiar dibujo, gramática y francés. En 1829 ingresa en el Seminario de Vich.  En 1835, el 13 de Junio, fue ordenado sacerdote en Solsona y quedó en Sallent como ayudante del Párroco, al mismo tiempo que estudiaba en particular Teología. En 1839 va a Roma para hacerse misionero en la Obra de Propaganda Fide, pero no es aceptado.
   Regresa a España y se entrega en Vich a una vida de predicador y misionero apostólico, con residencia en la Parro­quia de S. Juan de Olot. Sus dones espirituales místicos extraordinarios se inician por entonces. En Julio de 1846 entabla amistad con Jaime Balmes.
   En 1849, el 16 de Mayo, inicia la Congregación de "Misioneros del Corazón de María". El 11 de Agosto se le comunica el nombramiento como Arzobispo de Cuba y es consagrado Obispo en la catedral de Vich. Llega a Cuba en 1851 y el 18 de Febrero entra en la capital. Su acción en la isla es intensa, discutida, valiente, infatigable. Su sinceridad y su política a favor de los pobres le originan un grave atentado, que está a punto de terminar con su vida.
   En 1852 recibe en su Diócesis a María Antonia París, con la que mantenía co­rrespondencia desde que la conoció en España. Con ella inició el Monasterio que ambos han proyectado y el Colegio de niñas anexo, en el mes de Junio y nacen allí las Religiosas de María Inmaculada.
   En 1857, la Reina Isabel II le reclama como confesor y consejero personal. Re­gresa a España y comienza una activi­dad social intensa en la Corte. Dirige a distancia a los "Misioneros del Corazón de María" y a sus religiosas de Cuba.
   Al reconocer el Gobierno de la reina Isabel II el Reino de Italia, surgido con el expolio de los Estados Pontificios, se aleja de la Corte en 1865, como gesto de solidaridad con el Pontífice. Viaja a Roma y es recibido por Pío IX, quien le indica que vuelva al lado de la Reina. Al ser destronada la Soberana por la Revo­lución de 1878, pasa a Francia con la familia real. Queda en Pau y luego viaja a París. En 1869 regresa a Roma. El 8 de Di­ciembre de ese año se inaugura el Concilio Vaticano I y participa activamente en los temas catequísticos. Sus propuestas sobre el Catecismo único son interesantes, pero el Concilio queda interrumpido a comienzos del año por la guerra francoprusiana que se inicia. En 1870 se dirige a Pradés. El Embajador de París pide su detención. Fallece el 24 de Octubre en el mismo monasterio en que estaba  acogido, en la Diócesis de Carcasona.
  

    
 

 

 

   

 

 

 

 

El 6 de Enero de 1926 Pío XI proclamó la heroicidad de sus virtudes. El 25 de Febrero de 1934 fue Beatificado por el mismo Papa. El 9 de Mayo de 1950 fue canonizado por Pío XII.
  Sus escritos son numerosos. Llegan a 150 las obras de diversa extensión.
  Abundan las de orientación catequética entre las cuales conviene citar solo las más pedagógicas: "Avisos muy útiles a los padres de familia", "Avisos saludables para los niños", "Catecismo de los princi­pales deberes de un militar cristiano" "Catecismo menor". "Catecismo de la doctrina cristina explicado y adapta­do", "Vida buena o mala o los dos árboles", "Doctrina cristiana", "Instrucción que debe retener la mujer para desempeñar su misión", "Ejercicios espirituales para la primera comunión", "Máximas espirituales o reglas para vivir los jóvenes", "El Cole­gial instruido.", "La colegiala instruida" "Método práctico para recibir bien el sacramento de la penitencia", "Unidad del catecismo
".